sábado, 26 de mayo de 2012

HOMENAJE A NORMA SPINELLI 2012

NORMA SPINELLI FUE HOMENAJEADA EL 9 DE MARZO DE 2012 POR SUS 50 AÑOS DE ACTUACIÓN EN LA CULTURA DE LANÚS
El acto se llevó a cabo en la sede del Honorable Concejo Deliberante de Lanús, en ocasión de celebrarse el Día de la Mujer. 







La estatuilla conmemorativa le fue entregada por el Sr Intendente Municipal de Lanús Dr Darío Díaz Pérez. Al acto conrurrieon autoridades municipales, amigos y público en general.



sábado, 1 de mayo de 2010

Diploma de Honor

EN EL MES DE ABRIL DE 2010, NORMA SPINELLI RECIBIÓ UN DIPLOMA DE HONOR, EMITIDO POR EL MUNICIPIO DE LANÚS, QUE DICE:

A NORMA SPINELLI

EN RECONOCIMIENTO A SU TRAYECTORIA

AL VALIOSO APORTE A LA

CULTURA Y A LA EDUCACIÓN

sábado, 17 de octubre de 2009

Los premios Regionales


Corresponde al Premio Mujer Destacada de la Provincia de Buenos Aires, otorgado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, en la primera emisión de éste premio en el año 1995.








Corresponde al Premio: Santa Teresa de Ávila otorgado por la Municipalidad de Lanús a las mujeres más representativas del Partido en el año 2003.

sábado, 10 de octubre de 2009

ULTIMAS ACTIVIDADES CULTURALES

EL 19 DE SETIEMBRE 2009, NORMA SPINELLI, PRESENTÓ EL LIBRO "VICTORINA Y EL VIAJERO ETERNO" DE NORMA IRIGOYEN, ESCRITORA QUE PARTICIPA DE SU TALLER DE CUENTO, EN LA SUBSECRETARIA DE CULTURA Y EDUCACIÒN DEL MUNICIPIO DE LANÚS.
LA OBRA FUE PUBLICADA POR EDICIOINES AMARU, PROLOGADA POR NORMA SPINELLI, ILUSTRADA POR LOS ARTISTAS PLÁSTICOS: DAVID M.LAMPERTE, IRMA PAMPLIEGA Y SABRINA CARACCIOLO CONSTA DE CUENTOS DE RAÍZ FANTÁSTICA. LA AUTORA, PARTICIPÓ DESDE EL AÑO 1992 DE LOS TALLERES DE CUENTO DE NORMA SPINELLI.

Estuvieron presentes el editor titular de Ediciones Amaru, la autora, la titular de la Biblioteca Municipal Mariano Moreno y el Director de Cultura de Lanús. Los anuncios estuvieron a cargo del locutor de Radio Belgrano Oscar Andrada.










DURANTE EL MES DE SETIEMBRE 2009 NORMA SPINELLI OBTUVO EL PRIMER PREMIO REGIONAL EN POESÍA, DEL CERTÁMEN "JUEGOS LA PROVINCIA" DE LA PROV. DE BUENOS AIRES"



EL DÍA 2 DE OCTUBRE 2009 NORMA SPINELLI PRESENTÓ EL LIBRO "VICTORINA Y EL VIAJERO ETERNO" DE N.IRIGOYEN EN LA FERIA DEL LIBRO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LANÚS.



EL 4 DE OCTUBRE NORMA SPINELLI DIO UNA "CLASE ABIERTA" EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LANÚS, CUYO TEMA FUE: "PANORAMA UNIVERSAL DEL CUENTO - LOS PRIMEROS CULTORES EN LA LITERATURA ARGENTINA"




Algunos (muy pocos) de los alumnos de los talleres literarios de Narrativa que coordina la Profesora Norma Spinelli:





sábado, 15 de agosto de 2009

LA PREGUNTA

ESTE CUENTO PERTENECE AL LIBRO 'MUNDOS POSIBLES' de NORMA SPINELLI, EDITADO POR MAITÉN, QUE FUE PRESENTADO EN EL SALÓN AUDITORIO DE LA HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA NACIÓN.

Los gorriones abrieron vuelo y flotaron un instante en el aire del medio día, ajenos a la realidad.
A pocos metros habían peleado unos muchachos. Ahora la policía se llevaba un cadáver y un herido.
Marina vio pasar a la gente que gritaba o lloraba, mientras esperaba junto a la canilla del barrio, que se llenara su latón.
Los miraba con ojos de adivinar lo que no entendía, desde su carita arrugada de fatiga.
Con esfuerzo levantó el recipiente. Penosamente lo arrastró internado los pies lastimados, por las míseras callejuelas, que entre destartaladas casillas, emanaban ese tufo que surgía de la tierra, mil veces empapada de orinas. Ese vaho de pantano que jamás podría olvidar y ahora, cuando su madre acababa de morir, era el único abrazo que sentía.
Los chicos la miraban en silencio, con ojos turbados por la resignación embrutecida. Los otros chicos tampoco jugaban. Apenas se desplazaban entre el desorden del basural vecino, rebuscando una oportunidad de ganancia.
Algunos salían a robar. Otros se acurrucaban contra algún muro y olían empecinadamente pegamento.
Al entrar en la casilla le pareció ver a su madre, tal como en la infancia, segura y feliz; cantando por los cuartos de una casa limpia y preparando comida. Pero duró un segundo.
Su padre había salido a buscar trabajo, como todos los días. Ella se echó en un rincón y comenzó la espera (la mitad de un día es mucho tiempo)
El padre estaba lejos. Había recorrido la ciudad durante muchos días. Había ido de puerta en puerta, ofreciendose a cualquier precio. Había prometido sus brazos, sus manos, todo su ser para cualquier tarea.
En la casilla, desde tres días atrás, no había más que un poco de pan duro y el agua que Marina recogiera.
Tres noches había regresado con las manos vacías. Tres veces había bajado la mirada, para no ver los ojos de la hija.
Con voz trémula le prometió pan fresco para mañana, y Marina creyó en su promesa.
El día siguiente se repitió, obedeciendo a un siniestro plan, vaya a saber por qué diabólica mente pensado.
Al caer la tarde, Marina miró por el ventanuco. Una atmósfera amarilla llegaba desde lo alto, atravesaba los vapores transparentes que subían desde el basural, hasta un poco por encima de la soledad de los techos. Más arriba, nubes de oro bordeadas de cobres y pùrpuras, henchidas y prontas a estallar, acaparaban el cielo.
Bastante lejos, paralelos al muro de la fábrica abandonada, una fila de árboles jóvenes, daba la ilusión de frescor.
La calle de su casa se hundía en el barrio, caracoleando un trazado ejecutado con premura de asalto.
Un continuo zumbido de colmena envolvía al mundo.
Primero sintió el ardor, luego el intenso dolor del vientre. La fiebre comenzó a apoderarse de ella, como todos los atardeceres.
Dijo una oración para su madre.
Cerró de golpe la noche, y fue noche sin luna y sin estrellas.
Encendió el resto de una vela.
Se sentó sobre el jergón que le servía de cama. Pensó mirando la llama que agonizaba. Pensó. No sé qué cosas, pero debían ser muy difíciles, por la intensidad con que se reflejaban,en su rostro de anciana de ocho años.
Miró las cosas tan feas. Toda la vergüenza de la casilla.
Oyó un disparo.
Un perro ladró a la muerte.
Después de un rato, levantando la deshilachada cortina que hacía de puerta, la vecina le anunciö: "A tu padre lo mató un cabo. Asaltó a una pareja"
En otro tiempo tenía miedo a la soledad. Ahora todo era igual.
Miró fijamente a la mujer y sólo preguntó: "¿Por qué tenemos hambre?"

jueves, 16 de julio de 2009

En el viejo caserón




En el viejo caserón

Días y noches eran idénticos. Apenas algún automóvil o imprevistos transeúntes se aproximaban a la gran verja, interrumpiendo la monotonía de calle empedrada, arbolada y pilares embellecidos por floraciones de antiguas enredaderas.
Adentro, el parque y la barranca parecían dormitar sobre el río silencioso, al que ya pocas veces me acercaba.
Admirando un crepúsculo de fuego, sentí la soledad como intensa presencia. Internalicé la urgencia de poblar el vacío con gestos y voces. La idea parecía buena. Más sana que la entrega a recuerdos, cuya persistencia, no ponía fin al duelo de ausencias que me atormentaba.
Amigos envejecidos, enfermos o distantes, hijos y nietos lejanos…se habían transformado en imposibles. Sentí que a pesar de los libros y de las palabras que todavía me permitían el placer de hacer literatura, carecía de algo fundamental: alguien a quien arrullar.
“Un cachorro suave y necesitado de afecto” me dije, “que traiga vida nueva” (No imaginaba a qué clase de vida me refería)


Tal vez llamada por la fuerza de mi pensamiento, una mañana llegó Circe, bonita y pequeña, tanto, que cabía en el hueco de mi mano.
El jardinero dijo haberla encontrado entre los rosales. Era totalmente negra, de ojos brillantes y bellísimo gesto inocente. Jamás había tenido gatos, de modo que aprendí lo concerniente a su cuidado.
Me dediqué a ella. Observaba sus movimientos, ese sorber la tibia leche y descansar de la dulce fatiga. Sus cabriolas, la búsqueda de contacto, sus ronroneos, iban conquistándome.
Aprender a criarla me remontó al tiempo de mi temprana maternidad y ese encuentro con formas incorruptibles, que siendo lo mejor de la condición humana lo son también de la raza, llenó mi alma de ternura. Creí percibir una confirmación de mi conjetura y un secreto favor del destino.
A la hermosa Circe fueron sumándose otros gatunos, tantos, que llegué a transformarme en una de esas criaturas protectoras…que tantas veces había menospreciado en el pasado y la gente llama “locas de los gatos”
No diré las fatigas que esto ocasionaba. Sólo mencionaré el encanto que más y más me introducía en el mundo felino y llenaba mi existencia.
Acorde con el pensamiento mágico que me convirtiera en su cuidadora, me dije que había sido elegida por ellos y no a la inversa. Supe que escudriñaban


mis movimientos y que se fastidiaban cuando apenas por instantes, veterinario, amigos o familiares, se acercaban al caserón. Eso desequilibraba su hábitat, modus y tranquilidad.
El hombre que trabajaba en mi jardín, vigilaba taciturno. Sacaba pensativo la pipa de su boca y emitía sonidos aprobatorios, no inteligibles, que acompañaban solícitas miradas. Una noche noté que en la oscuridad sus ojos se tornaban amarillos.
Vivía en los fondos del predio. Su casa, en otras épocas destinada a cuidadores de la quinta, era albergue nocturno de mis animales. Todas las noches uno o dos de los más pequeños me hacían compañía. No voy a ocultar que dormían en mi propia cama, acurrucados y ronroneando, lo que yo sentía como forma de amor.
Sin embargo, el caserón parecía envuelto en misterio. El jardinero tocaba el violín mientras las noches se ponían altas. Esto embellecía la oscuridad, ponía destellos luminosos sobre parterres de la barranca, muros enmohecidos y el ancho río donde reverberaban rayos de luna.
Con el nuevo día, volvía el silencio, el deambular del extraño hombre por entre setos y senderos, siempre ensimismado, siempre ausente.
Un atardecer le pedí que tocara en mi residencia. Aceptó con un solo


movimiento de cabeza. Advertí su regocijo interior…como si hubiera estado aguardando ese momento. Con mi empleada preparamos el salón para un concierto.
Más tarde, arrellanada en mi sofá favorito, lo vi llegar vestido formalmente. Todos mis gatos lo seguían… (¿O eran suyos?)
Hizo una inclinación. Inesperada brisa apagó los candelabros. Permanecimos inmersos en el humor rancio de las velas. Leve luminosidad llegaba desde afuera.
En amplio gesto ubicó el violín. Punteó las cuerdas para afinarlas. Dejó caer con fuerza el arco sobre ellas. Los primeros arpegios arrancaron una melodía que desgarró el telón invisible del aire, dando entrada a notas vibrantes, cuya mágica energía nos envolvía.
La música traspasaba mi cuerpo y a los animales. Azorada, vi como éstos comenzaban a transformarse en figuras de apariencia humana, extrañamente ataviadas.
Me incorporé exaltada ¡No podía creer lo que sucedía!...Pronto el salón colmado de presencias se transformó en un ámbito estremecedor. ¡Aquello era desconcertante!… ¡Una escena dantesca!... Intenté razonar… Creí encontrarme en un sueño… Se me acercó una dama. Miraba por entre los pliegues de encaje que le cubrían el rostro…A su lado una muchacha sonreía. No sé porqué


reconocí en ella a Circe… ¡Me aterrorizaron!...En movimiento agitado y súbito aparté mis ojos de ellas y las demás figuras. Pensé en ganar el parque ¡huir!... Pero no pude moverme.
Atrapada en la pavorosa pesadilla, grité por una explicación. Interrogué en vano al jardinero, que indiferente, mantenía los párpados cerrados en una ejecución de hipnótico virtuosismo.
El violín hablaba. Contaba una historia que no me atrevía a aceptar. Un secreto de sangre, espanto y eternidad…-¡Vampirismo!-… ¡No! ¡No!... ¡Nooo! ¡Mi corazón estallaba!
La boca del ejecutante distorsionaba en hocico. Su cabeza oblongaba. El cuerpo se cubría de pelambre. Él se fundía a la música y ésta se elevaba en notas doradas que iluminaron por completo el ámbito.
Cuando se hizo silencio, el instrumentista era ya enorme gato. Rostro agudo, mejillas hundidas…ojos enormecidos.
Contemplé la escena horrorizada. Las figuras sobrenaturales, el violinista monstruoso…mi indefensión… ¡Era demasiado!... ¡Otra vez intenté escapar! pero el animal, en un solo zarpazo me atrajo hacia él y clavó sus dientes en mi cuello. Los otros maullaron en coro. Se había cumplido el ritual iniciático.
Al cabo todo fue paz…El mundo, un lugar lejano.


Estuve inmersa en una serie de imágenes brillantes…espejos refractarios de luz… y silencio. Vagar por el territorio del sueño tiene su esplendor. El paso de la vida a la muerte y a la inmortalidad, me parecieron fantasías.
No sé cuántos días transcurrieron. Desperté en la oscuridad. Circe aguardaba a mi lado. Con ella como guía, salí a la ciudad en mi nueva condición. Aquella noche, junto a la catedral de San isidro, aprendí a abastecer mi sed de sangre.