sábado, 17 de octubre de 2009

Los premios Regionales


Corresponde al Premio Mujer Destacada de la Provincia de Buenos Aires, otorgado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, en la primera emisión de éste premio en el año 1995.








Corresponde al Premio: Santa Teresa de Ávila otorgado por la Municipalidad de Lanús a las mujeres más representativas del Partido en el año 2003.

sábado, 10 de octubre de 2009

ULTIMAS ACTIVIDADES CULTURALES

EL 19 DE SETIEMBRE 2009, NORMA SPINELLI, PRESENTÓ EL LIBRO "VICTORINA Y EL VIAJERO ETERNO" DE NORMA IRIGOYEN, ESCRITORA QUE PARTICIPA DE SU TALLER DE CUENTO, EN LA SUBSECRETARIA DE CULTURA Y EDUCACIÒN DEL MUNICIPIO DE LANÚS.
LA OBRA FUE PUBLICADA POR EDICIOINES AMARU, PROLOGADA POR NORMA SPINELLI, ILUSTRADA POR LOS ARTISTAS PLÁSTICOS: DAVID M.LAMPERTE, IRMA PAMPLIEGA Y SABRINA CARACCIOLO CONSTA DE CUENTOS DE RAÍZ FANTÁSTICA. LA AUTORA, PARTICIPÓ DESDE EL AÑO 1992 DE LOS TALLERES DE CUENTO DE NORMA SPINELLI.

Estuvieron presentes el editor titular de Ediciones Amaru, la autora, la titular de la Biblioteca Municipal Mariano Moreno y el Director de Cultura de Lanús. Los anuncios estuvieron a cargo del locutor de Radio Belgrano Oscar Andrada.










DURANTE EL MES DE SETIEMBRE 2009 NORMA SPINELLI OBTUVO EL PRIMER PREMIO REGIONAL EN POESÍA, DEL CERTÁMEN "JUEGOS LA PROVINCIA" DE LA PROV. DE BUENOS AIRES"



EL DÍA 2 DE OCTUBRE 2009 NORMA SPINELLI PRESENTÓ EL LIBRO "VICTORINA Y EL VIAJERO ETERNO" DE N.IRIGOYEN EN LA FERIA DEL LIBRO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LANÚS.



EL 4 DE OCTUBRE NORMA SPINELLI DIO UNA "CLASE ABIERTA" EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LANÚS, CUYO TEMA FUE: "PANORAMA UNIVERSAL DEL CUENTO - LOS PRIMEROS CULTORES EN LA LITERATURA ARGENTINA"




Algunos (muy pocos) de los alumnos de los talleres literarios de Narrativa que coordina la Profesora Norma Spinelli:





sábado, 15 de agosto de 2009

LA PREGUNTA

ESTE CUENTO PERTENECE AL LIBRO 'MUNDOS POSIBLES' de NORMA SPINELLI, EDITADO POR MAITÉN, QUE FUE PRESENTADO EN EL SALÓN AUDITORIO DE LA HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS DEL CONGRESO DE LA NACIÓN.

Los gorriones abrieron vuelo y flotaron un instante en el aire del medio día, ajenos a la realidad.
A pocos metros habían peleado unos muchachos. Ahora la policía se llevaba un cadáver y un herido.
Marina vio pasar a la gente que gritaba o lloraba, mientras esperaba junto a la canilla del barrio, que se llenara su latón.
Los miraba con ojos de adivinar lo que no entendía, desde su carita arrugada de fatiga.
Con esfuerzo levantó el recipiente. Penosamente lo arrastró internado los pies lastimados, por las míseras callejuelas, que entre destartaladas casillas, emanaban ese tufo que surgía de la tierra, mil veces empapada de orinas. Ese vaho de pantano que jamás podría olvidar y ahora, cuando su madre acababa de morir, era el único abrazo que sentía.
Los chicos la miraban en silencio, con ojos turbados por la resignación embrutecida. Los otros chicos tampoco jugaban. Apenas se desplazaban entre el desorden del basural vecino, rebuscando una oportunidad de ganancia.
Algunos salían a robar. Otros se acurrucaban contra algún muro y olían empecinadamente pegamento.
Al entrar en la casilla le pareció ver a su madre, tal como en la infancia, segura y feliz; cantando por los cuartos de una casa limpia y preparando comida. Pero duró un segundo.
Su padre había salido a buscar trabajo, como todos los días. Ella se echó en un rincón y comenzó la espera (la mitad de un día es mucho tiempo)
El padre estaba lejos. Había recorrido la ciudad durante muchos días. Había ido de puerta en puerta, ofreciendose a cualquier precio. Había prometido sus brazos, sus manos, todo su ser para cualquier tarea.
En la casilla, desde tres días atrás, no había más que un poco de pan duro y el agua que Marina recogiera.
Tres noches había regresado con las manos vacías. Tres veces había bajado la mirada, para no ver los ojos de la hija.
Con voz trémula le prometió pan fresco para mañana, y Marina creyó en su promesa.
El día siguiente se repitió, obedeciendo a un siniestro plan, vaya a saber por qué diabólica mente pensado.
Al caer la tarde, Marina miró por el ventanuco. Una atmósfera amarilla llegaba desde lo alto, atravesaba los vapores transparentes que subían desde el basural, hasta un poco por encima de la soledad de los techos. Más arriba, nubes de oro bordeadas de cobres y pùrpuras, henchidas y prontas a estallar, acaparaban el cielo.
Bastante lejos, paralelos al muro de la fábrica abandonada, una fila de árboles jóvenes, daba la ilusión de frescor.
La calle de su casa se hundía en el barrio, caracoleando un trazado ejecutado con premura de asalto.
Un continuo zumbido de colmena envolvía al mundo.
Primero sintió el ardor, luego el intenso dolor del vientre. La fiebre comenzó a apoderarse de ella, como todos los atardeceres.
Dijo una oración para su madre.
Cerró de golpe la noche, y fue noche sin luna y sin estrellas.
Encendió el resto de una vela.
Se sentó sobre el jergón que le servía de cama. Pensó mirando la llama que agonizaba. Pensó. No sé qué cosas, pero debían ser muy difíciles, por la intensidad con que se reflejaban,en su rostro de anciana de ocho años.
Miró las cosas tan feas. Toda la vergüenza de la casilla.
Oyó un disparo.
Un perro ladró a la muerte.
Después de un rato, levantando la deshilachada cortina que hacía de puerta, la vecina le anunciö: "A tu padre lo mató un cabo. Asaltó a una pareja"
En otro tiempo tenía miedo a la soledad. Ahora todo era igual.
Miró fijamente a la mujer y sólo preguntó: "¿Por qué tenemos hambre?"

jueves, 16 de julio de 2009

En el viejo caserón




En el viejo caserón

Días y noches eran idénticos. Apenas algún automóvil o imprevistos transeúntes se aproximaban a la gran verja, interrumpiendo la monotonía de calle empedrada, arbolada y pilares embellecidos por floraciones de antiguas enredaderas.
Adentro, el parque y la barranca parecían dormitar sobre el río silencioso, al que ya pocas veces me acercaba.
Admirando un crepúsculo de fuego, sentí la soledad como intensa presencia. Internalicé la urgencia de poblar el vacío con gestos y voces. La idea parecía buena. Más sana que la entrega a recuerdos, cuya persistencia, no ponía fin al duelo de ausencias que me atormentaba.
Amigos envejecidos, enfermos o distantes, hijos y nietos lejanos…se habían transformado en imposibles. Sentí que a pesar de los libros y de las palabras que todavía me permitían el placer de hacer literatura, carecía de algo fundamental: alguien a quien arrullar.
“Un cachorro suave y necesitado de afecto” me dije, “que traiga vida nueva” (No imaginaba a qué clase de vida me refería)


Tal vez llamada por la fuerza de mi pensamiento, una mañana llegó Circe, bonita y pequeña, tanto, que cabía en el hueco de mi mano.
El jardinero dijo haberla encontrado entre los rosales. Era totalmente negra, de ojos brillantes y bellísimo gesto inocente. Jamás había tenido gatos, de modo que aprendí lo concerniente a su cuidado.
Me dediqué a ella. Observaba sus movimientos, ese sorber la tibia leche y descansar de la dulce fatiga. Sus cabriolas, la búsqueda de contacto, sus ronroneos, iban conquistándome.
Aprender a criarla me remontó al tiempo de mi temprana maternidad y ese encuentro con formas incorruptibles, que siendo lo mejor de la condición humana lo son también de la raza, llenó mi alma de ternura. Creí percibir una confirmación de mi conjetura y un secreto favor del destino.
A la hermosa Circe fueron sumándose otros gatunos, tantos, que llegué a transformarme en una de esas criaturas protectoras…que tantas veces había menospreciado en el pasado y la gente llama “locas de los gatos”
No diré las fatigas que esto ocasionaba. Sólo mencionaré el encanto que más y más me introducía en el mundo felino y llenaba mi existencia.
Acorde con el pensamiento mágico que me convirtiera en su cuidadora, me dije que había sido elegida por ellos y no a la inversa. Supe que escudriñaban


mis movimientos y que se fastidiaban cuando apenas por instantes, veterinario, amigos o familiares, se acercaban al caserón. Eso desequilibraba su hábitat, modus y tranquilidad.
El hombre que trabajaba en mi jardín, vigilaba taciturno. Sacaba pensativo la pipa de su boca y emitía sonidos aprobatorios, no inteligibles, que acompañaban solícitas miradas. Una noche noté que en la oscuridad sus ojos se tornaban amarillos.
Vivía en los fondos del predio. Su casa, en otras épocas destinada a cuidadores de la quinta, era albergue nocturno de mis animales. Todas las noches uno o dos de los más pequeños me hacían compañía. No voy a ocultar que dormían en mi propia cama, acurrucados y ronroneando, lo que yo sentía como forma de amor.
Sin embargo, el caserón parecía envuelto en misterio. El jardinero tocaba el violín mientras las noches se ponían altas. Esto embellecía la oscuridad, ponía destellos luminosos sobre parterres de la barranca, muros enmohecidos y el ancho río donde reverberaban rayos de luna.
Con el nuevo día, volvía el silencio, el deambular del extraño hombre por entre setos y senderos, siempre ensimismado, siempre ausente.
Un atardecer le pedí que tocara en mi residencia. Aceptó con un solo


movimiento de cabeza. Advertí su regocijo interior…como si hubiera estado aguardando ese momento. Con mi empleada preparamos el salón para un concierto.
Más tarde, arrellanada en mi sofá favorito, lo vi llegar vestido formalmente. Todos mis gatos lo seguían… (¿O eran suyos?)
Hizo una inclinación. Inesperada brisa apagó los candelabros. Permanecimos inmersos en el humor rancio de las velas. Leve luminosidad llegaba desde afuera.
En amplio gesto ubicó el violín. Punteó las cuerdas para afinarlas. Dejó caer con fuerza el arco sobre ellas. Los primeros arpegios arrancaron una melodía que desgarró el telón invisible del aire, dando entrada a notas vibrantes, cuya mágica energía nos envolvía.
La música traspasaba mi cuerpo y a los animales. Azorada, vi como éstos comenzaban a transformarse en figuras de apariencia humana, extrañamente ataviadas.
Me incorporé exaltada ¡No podía creer lo que sucedía!...Pronto el salón colmado de presencias se transformó en un ámbito estremecedor. ¡Aquello era desconcertante!… ¡Una escena dantesca!... Intenté razonar… Creí encontrarme en un sueño… Se me acercó una dama. Miraba por entre los pliegues de encaje que le cubrían el rostro…A su lado una muchacha sonreía. No sé porqué


reconocí en ella a Circe… ¡Me aterrorizaron!...En movimiento agitado y súbito aparté mis ojos de ellas y las demás figuras. Pensé en ganar el parque ¡huir!... Pero no pude moverme.
Atrapada en la pavorosa pesadilla, grité por una explicación. Interrogué en vano al jardinero, que indiferente, mantenía los párpados cerrados en una ejecución de hipnótico virtuosismo.
El violín hablaba. Contaba una historia que no me atrevía a aceptar. Un secreto de sangre, espanto y eternidad…-¡Vampirismo!-… ¡No! ¡No!... ¡Nooo! ¡Mi corazón estallaba!
La boca del ejecutante distorsionaba en hocico. Su cabeza oblongaba. El cuerpo se cubría de pelambre. Él se fundía a la música y ésta se elevaba en notas doradas que iluminaron por completo el ámbito.
Cuando se hizo silencio, el instrumentista era ya enorme gato. Rostro agudo, mejillas hundidas…ojos enormecidos.
Contemplé la escena horrorizada. Las figuras sobrenaturales, el violinista monstruoso…mi indefensión… ¡Era demasiado!... ¡Otra vez intenté escapar! pero el animal, en un solo zarpazo me atrajo hacia él y clavó sus dientes en mi cuello. Los otros maullaron en coro. Se había cumplido el ritual iniciático.
Al cabo todo fue paz…El mundo, un lugar lejano.


Estuve inmersa en una serie de imágenes brillantes…espejos refractarios de luz… y silencio. Vagar por el territorio del sueño tiene su esplendor. El paso de la vida a la muerte y a la inmortalidad, me parecieron fantasías.
No sé cuántos días transcurrieron. Desperté en la oscuridad. Circe aguardaba a mi lado. Con ella como guía, salí a la ciudad en mi nueva condición. Aquella noche, junto a la catedral de San isidro, aprendí a abastecer mi sed de sangre.

sábado, 23 de mayo de 2009

Tríptico - Allí Esperaba



Tríptico es en mi opinión una obra singular por su concepción y ciertamente plural, por su contenido.

Asi comienza diciendo Norma Spinelli en el prólogo del libro de cuentos, compartido por tres autores, editado por "Mis Escritos" en mayo de 2009, compuesto por 35 cuentos.

Uno de los cuentos de Norma Spinelli:

Allí Esperaba

Apenas permanece en la memoria de los viejos pobladores. En estos tiempos talvez el episodio no conmueva. Yo no lo olvido y aunque he perdido detalles, a veces me parece que acaba de suceder.
“¡Volvemos esta noche a Buenos Aires!” le anuncié a mi mujer. “¡Total, aquí no pasa nada!” Después reflexioné: ¿Me voy a ir sin recorrer el campo?
Había llegado al pueblo para vender unas tierras heredadas…pero también, para revisar el viejo casco, por si la codicia de mis parientes hubiese olvidado algo.
Mi recuerdo es éste:
Atravieso el pueblo. A unos diez kilómetros salgo de la ruta. Tomo un camino polvoriento. La plenitud desierta de la pampa, el agobio de la siesta, el verano que envuelve en su fuego, me hacen vulnerable…
Detengo el auto. Del ámbito emana soledad. No hay sonidos. Hasta el color del campo está lleno de silencio. Espero.
Observo la distancia. Me asalta la inquietud de no estar recorriendo el paisaje, sino que su monotonía me recorre.
Desciendo y me refugio bajo un aguaribay. Siento en la piel la frescura de la sombra. La mirada corre libremente hasta encontrar a lo lejos el antiguo caserón. Me voy acercando. Percibo la cólera amarilla de la luz aplastando el muro frontal.
Me invitan recuerdos de infancia… patios interiores, brocal de agua fresca, glicinas, algún perro adormecido… Veo todo como fuera del tiempo, temblando en la reverberación del verano.
La casa conserva algunos trastos… Hasta de la pintura descascarada brotan soledad y silencio. La mesa inevitable, se desdobla en larga sombra vagamente desvaída y ésta se funde en la oscuridad de un rincón, donde envuelta en negro sayal, cubierta la cabeza, me sorprende una presencia. Nada lo indica, pero sé que es una mujer muy vieja. “Tanto como el tiempo” me digo... Siento el frío de su mirada hueca.
Pienso con rapidez algo para explicarle…porqué entré sin llamar…que soy heredero…y el calor…que en realidad…
No responde. Ni siquiera escucha. Pero sé que me esperaba.
Todo ocurre en una dimensión que vuelve absurdo cualquier procedimiento de contacto. Nada digo. Aguardo sin saber qué.
“Luciano” Dice con voz irreal.
Quiero decirle que no soy él. “¡Luciano!” Insiste sin permitirlo…”Sara no escapó esa noche, la mató Damián Pereda…Está sepultada en el patio trasero”
Quiero hablar…pero el sol, el sol de fuego, comienza a iluminar el rincón, donde ya no hay más que un antiguo escaño vacío.
Corro hacia el automóvil. Quiero huir. Engancho el zapato en una raíz y resbalo en el zanjón. La voz me persigue: “¡Luciaaano!”

Regresé al pueblo desorientado.
Ni mi esposa ni los demás atinaron a creerme. Dijeron que me insolé…que el calor…
Por pura deferencia hacia el Juez de Paz -amigo de mi familia al que recurrí- levantaron al fin las deterioradas baldosas…
Allí estaba Sara, después de treinta años, envuelta en los harapos de su traje de novia.

miércoles, 20 de mayo de 2009

LA BRUJA BERLINA (Cuento Infantil)


















En un claro del bosque de Notepierdas, vivía la bruja Berlina. Como siempre estaba enojada, ni los duendes, ni los pájaros, ni los niños se le acercaban. Además, la gente contaba que a las brujas les gusta comerse a los chicos. Ellos ponían cuidado en no llegar hasta su casa, correteaban por el bosque, juntaban leña, frutos y ramas para hacer adornos, y cuando se cansaban, volvían alegremente a sus hogares cantando:
¡La bruja Berlina, se tragó una espina, por eso es que tiene, cara de sardina!...y se reían muchísimo.
Berlina, que los espiaba por una ventana, se ponía furiosa y le decía a su cuervo que se llamaba Dañino: "¡Ya se acercarán! ¡Ya se acercarán! ¡Y entonces, Dañiño, entonces verán!"
Los chicos seguían cantando y aunque se iban alejando, todavía podía escucharse:
¡Berlna, Berlina, cara de sardina! ¡La espina, la espina, está en tu barriga!"
¡Ay! ¡Qué rabia le daba a la bruja! ¡Cada día se ponía más enojada!
Una tarde dijo: "¡Tengo que hacer algo para que se aproximen a mi casa!

Pensó, pensó...y después de mucho rato, se dijo que lo mejor sería cambiarse el aspecto. Se miró al espejo. Vio su bonete oscuro, su vestido negro, sus pelos amarillos, esa cara arrugada, los ojos rojos, la enorme narizota...sus enormes zapatones puntiagudos...y pensó ¡No sé por qué se asustan de mí !...¡Si soy perfecta!

Sin embargo, comprendió que si bien sobre gustos nadie tiene la verdad, a los chicos los atraen las personas con caras amenas, narices armoniosas, cabellos prolijos, zapatos pequeños...y voces suaves..."¡Un asco!" dijo la bruja.

Berlina sintió que de todos modos, era más fuerte su deseo de atraer a los chicos para castigarlos, que sus ganas de seguir siendo como era.

Además quería saber cómo sería eso de comerse a un chico...que para ser una bruja completa, por lo menos había que probar con uno.

Decidió sacrificarse. "¿Pero, por dónde empezar?" dijo con su voz de bruja preocupada, "¡Por el principio!" le contestó el cuervo Dañiño, "¡Mmmm, tienes razón!" opinó Berlina! ¿Pero cuál es el principio?"..."¡Camina, camina, hasta la Fuente Ondina!" dijo el cuervo y metió la cabeza entre las plumas.

"¡Es cierto! dijo la bruja "¡Junto a la Fuente Ondina vive el brujo Patatrás, que es el brujo más brujo de todos los brujos!" Y no pudo reprimir una larga carcajada de satisfacción ¡Ji,ji, ji, ji,. ji!¡ji!

(Lo que Berlina no sabía era que Patatrás no era un brujo malo) Pero bueno, buscó su escoba, montó en ella y le ordenó: "¡A la Fuente Ondina!"

La escoba, que era un poco sorda, pero muy obediente, hizo unos ruidos para arrancar: ¡Rooom! ¡Roooom!...Después levantó vuelo y ¡Sshhssssss!, inició el viaje. Voló, voló sobre las copas de los árboles, los techados, los lagos y los volcanes...y cuando se cansó, hizo: ¡Puf! y aterrizó.

Berlina empezó a mirar hacia todos lados, pero la Fuente Ondina no aparecía. Como estaba muy apurada, se trepó a un árbol muy muy alto, en cuyas ramas se aposentaban diminutas casitas de colores. Eran las casitas de Los Duendes Coloreados ¡Pum! ¡Pum! Golpeó en una ¡Pum! ¡Pum! Golpeó en otra, y en otra y en otra más...pero no salió nadie.

Berlina se enojó: "Dónde están los habitantes de este árbol?" gritó. Pero no obtuvo resuesta.

La bruja se enojó más todavía y empezó a reclamar: "¿Se puede saber dónde están, pequeños pelafustanes?"

Un pajarito que andaba por ahí le dijo: ¡No busques Berlina, la fiesta empezó, y todos los duendes jugaron al sol!"

"¡Qué es esta tontería!" Se enfureció Berlina. El pajarito le dijo, mientrasse alejaba apurado: "¡Berlina, Berlina, si quieres saber, busca el buen camino para comprender!"...y desapareció.

Berlina quedó perpleja "¿De qué buen camino me habla este pajarito tonto?"

La escoba, que hasta ahora no había dicho nada, le contestó: "¡Mágico es el camino, que pone a la gente linda, si tú no encuentras la Fuente, deberás cruzar el puente!"

¡Qué rabia le dio a la bruja! Enseguida se puso a buscar el puente. Por el sonido del río se fue orientando, hasta que lo vio: "¡Ah!" dijo "¡Ahí está!" Y se dispuso a cruzarlo. "¡A lo mejor, del otro lado está la Fuente Ondina!" pensó.

Una vez que lo hubo atravesado, se encontró en un jardín lleno de flores, pájaros de hermosos plumajes, caminos de piedritas de colores que resplandecían al sol y lindísimos arcos iris.

A la bruja todo eso le pareció horrible "¡Lo que yo digo!" rezongó "¡Sobre gustos, nadie puede opinar!"..."Eiiii!" empezó a gritar "¿Alguien puede decirme dónde está la Fuente Ondina?" "¡Eiiii!"...¿Dónde está el camino mágico?"...

Tanto gritó, que los pájaros desaparecieron...y el sol se escondió detrás de una nube ...Todo se puso ogris..."Bue! ¡Esto está mejor!" pensó Berlina y siguió caminando.

Por un caminito y por otro caminito, despacio, despacito...llegó hasta una linda casita. Como no veía a nadie golpeó. No tardó en abrir un anciano de barba muy larga "¿Qué buscas, Berlina?" le preguntó. La bruja, sin notar que conocía su nombre, le explicó con malos modales, que buscaba la Fuente Ondina y al brujo Patatrás y no terminó de decirle lo de Patatrás, porque el anciano se apuró a contestarle: "¡No busques Berlina, al gran Patatrás, lo tienes delante y no lo verás!"

"¡Ah, nooo!" chilló la bruja "¿Con que no lo veré!" ¡Eso es lo que crees!" y se fue sin despedirse.

Después se sentó debajo de un árbol y como estaba muuuy cansada, se quedó dormida. No tardó en entrar en el Reino de los Sueños. "Bueno", se dijo "Tal vez aquí encuentre a Patatrás"...y se acomodó mejor.

Soñó que volaba montana en su escoba
y que una paloma sin par la guiaba.
Soñó que llegaba al fin a la Fuente
y que allí la gente bailaba polquín.
La bruja asustada se puso a pensar,
"Si cantan y bailan, festejo tendrán.
¿Pero qué festejan?
¿Por qué tan contentos?"
Se dijo mirando las flores y el viento.
"Es que cada uno se ha puesto muy lindo.
dijo correteando un fiel conejito.
"¿Qué pone contentos en tales momentos?
preguntó Berlina, con voz de sordina.
"Los pone contentos saberse bonitos
y lo consiguieron por ser muy buenitos...Dijo el conejo.

Eso fue tan desagradable para Berlina, que se despertó gruñendo: "¡Versitos! ¡Versitos! ¡Ser tan buenitos! ¡Bah! ¡Bah! ¡Bah! ¡Encima habla como un nenito!...¡Aj!" dijo y se levantó.

Enseguida volvió a la casita del anciano. "¿Qué deseas ahora?" preguntó el hombre "¿No te he dicho que quiero encontrar la Fuente Ondina?"..."La Fuente Ondina está en todas partes" dijo el viejito "¿En todas partes?" se asombró la bruja "¡Claro, en todas partes y en ninguna parter!" afirmó el hombre..."Está donde uno quiere"...

Berlina no entendía nada. La cosa se ponía cada vez más complicada. Empezaré de nuevo.
pensó, y dijo: "Lo que yo quiero es cambiar...miii...aspecto...ser...ser... lo que los tontos consideran linda" "¡Hubieras empezado por ahí! ¡Pasa, pasa!...¿Así que quieres ser, lo que los tontos llaman 'linda' "¡Sí, porque los tontos me tienen miedo y no se me acercan!" dijo la bruja enojada.
"¡Bueno, te daré a beber una jarra de jugo transformador"

¡No tengo que decir que la bruja se lo tomó todo de una vez y sin respirar!...

Y de repente...empezó a moverse como un lavarropas descompuesto! ¡Brooommm! ¡Requetebrooommm!...Después empezó a maullar como un gato furioso: ¡Mirraumirramiau! Enseguida se quedó tiesa, hizo dos hipos tremendos y empezó a transformarse...poco a poco, de a poquito...¡en una hermosa princesa!

Cuando estuvo lista se miró al espejo. "Buen!" dijo "No está mal. Ya no me tendrán miedo y entonces....¡ji! ¡ji! ¡ji! ¡ji! ¡ji!"

Y sin agradecer ni nada al buen anciano, salió en busca de su escoba. "¡Escucha Berlina! la llamó el hombre "¡No sirve de nada un lindo exterior, si no llevas dentro un poco de amor!"
Pero Berlina no lo atendió.

Volvió a Notepierdas. Salió a dar un paseo y engañó a los chicos diciéndoles: ¡"La Bruja Berlina, por fin se mudó! ¡Ahora en su casa, la que vive soy!"

¡Qué contentos se pusieron los chicos! Como perdieron el miedo, jugaron en su jardín, juntaron flores para regalarle a la nueva vecina y le cantaron hermosas canciones.

Un día pasó el rey y al verla tan bonita se enamoró. A Berlina también le gustó el rey...pero sus malas intenciones no mejoraban.

La verdad es que no podía con su genio. Se comía las flores. Les ponía piedras a los chicos para que se lastimaran. Los hacía asustar con aullidos de lobo...y esperaba el momento de comerse alguno.

Y así fue como poco a poco, cada vez que hacía una maldad, iba perdiendo la belleza y se volvía otra vez tan fea como había sido.

Cuando los chicos se dieron cuenta ¡Uy! ¡Qué revuelo! "¡Volvió la bruja Berlina!" dijeron ¡Se fueron corriendo...y no volvieron a acercarse a ese lugar del bosque!
Lo cierto es que el rey tampoco volvió más. Las flores se marchitaron. El cuervo Dañino se aburrió de tanto silencio, salió por la ventana y no regresó nunca. Hasta la escoba, que estaba vieja, se cansó y no quiso volar más.
¡La cosa estaba peor que al principio!

Berlina salió en busca del anciano, para que que otra vez le diera a beber jugo transformador.

En el bosque encontró un incendio y como estaba muy apurada, se puso a ayudar a apagarlo. Los leñadores se pusieron tan contentos, que se lo agradecieron con un abrazo...a Berlina le gustó eso...y de pronto se le achicó la nariz ¡Plink!

Después encontró un nido caído donde lloraban dos pichones. Berlina sintió compasión, pero dijo. "¡Bah, tanto ruido por nada!" pero lo recogió y colocó en su rama. Los pájaros se lo agradecieron cantando...a Berlina esto la emocionó...Y ahí fue cuando se le puso el cabello hermoso Plank!

Más adelante un zorro prisionero en una trampa "¡Por favor señora, suélteme!" pidió el animalito "La verdad" pensó Berlina "Tiene derecho a ser libre"... para que no se notara lo que pensó dijo: "Ufa!" pero lo soltó. El zorro lloró de gratitud. Berlina se sintió muuuy bien.

Y tantas cosas buenas hizo por el camino, que cuando llegó a la casa del anciano, era otra vez tan hermosa, que ni ella se reconocía.

"¡Qué viaje inútil!" pensó...pero se sentía feliz y enseguida se volvió, pensando que a lo mejor el rey volvería a visitarla...y que quizá los chicos la querrían otra vez...porque la verdad era que los estaba extrañando...y soltó una lagrimita.

El viejo, que no era otro que el brujo Patatrás, la vio marcharse y dijo riendo. "¡No sirve de nada un lindo exterior, si no llevas dentro un poco de amor"

Desde entonces, Berlina, que se casó con el rey, vive en el palacio real. Los chicos juegan todos los días en el bosque de Notepierdas... y siempre cantan:

" Aquí vivía la bruja berlina
que haciéndose buena,
se volvió divina"

domingo, 3 de mayo de 2009

Cuentos infantiles






NORMA SPINELLI llevó a las escuelas primarias del Partido de Lanús durante muchos años, para regocijo de los niños, los cuentos infantiles que su imaginación creó para sus propios hijos.
Ellos brindaron alegría y entretenimiento, compañía y calidez al mundo infantil, cumpliendo con el postulado noble, divertido y sano que un educador transmite con amor y vocación.
Sus cuentos infantiles:
Tintincito y otros pajaritos (serie)
La bruja Berlina (tradicional, hadas)
El trabajo del sapo Verdín.
El dragón Blanquito.
La pelota volvedora.
Sucedió en Bariloche.
La aventura de Pianderés (escrito en colaboración con su nieto Adrián Mazufri, de 5 años de edad en 1995)

Caleidoscopio


EDITORIAL AMANCAY en julio de 2004, publica este libro que reúne veintiseis cuentos, donde la autora en el diario transitar se ha nutrido de verdades descarnadas, de alegrías y afectos, también de rutinas y angustias. Cargando ese bagaje se permite una aventura en aquel, su mundo íntimo, territorio que sólo atisbamos leyéndola.

De Ausencias


De EDITORIAL AMANCAY este volumen de cuentos, publicado en 2001, en el que, como su título indica, la autora huye de los incalificables tedios que producen las épocas de crisis éticas y en cada relato parece decirnos: "Tenemos el Arte para que la realidad no nos mate...Para ayudar a comprender que no hay descanso, sólo un largo viaje hacia uno mismo"

En Viaje


No presenta EN VIAJE un estudio profundo de los países que componen su itinerario: Egipto, Israel, Turquía y Grecia, sino las impresiones de una viajera, cuyas sensibles e inteligentes lecturas expresa con presición.
La obra, editada por EDITORIAL AMANCAY, fue publicada en 2001.

Mundos Posibles


Norma Spinelli delegó en Ediciones MAITÉN, la edición de este volumen de cuentos, cuyo mágico universo de personajes, tiempos y circunstancias buscan sus Mundo Posibles.
La obra fue presentada en el Salón Auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, auspiciada por el Sr. Diputado de la Nación Don Lorenzo Pepe, el acto se acompañó con una muestra de óleos de la artista plástica Dora Granata.

Cuentos de Lanús


Norma Spinelli intervino en una "Selección de Cuentos" que por iniciativa de personal de la Escuela Nro 27 de Lanús, fue realizada por niños, padres, abuelos y viejos vecinos del partido, que revivieron historias, que forman parte del patrimonio cultural de Lanús.

Los Desposeídos (cuentos)

Editado en 1983 por COLECCION EDICIONES CARRÁ
El libro incluye diez relatos breves, en los que la autora ha enfocado la realidad, escogiendo imágenes significativas. Más allá de lo anecdótico, el tratamiento literario de los temas, induce al lector a proyectarse a planos de sensibilidad y de apertura.

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En todos los relatos que integran la serie "Los desposeidos", Norma Spinelli ha enfocado la realidad escogiendo imágenes expresivas y significativas; pero más allá de lo anecdótico, el tratamientoliterario de sus temas, induce al narratario a proyectarse a planos de sensibilidad y apertura.
La autora se deleita estéticamente en tanto narra, evidenciando su calidad artística en la creación de atmósferas, cuyo contenido: emoción, elocuencia y humanidad, además de pintura y color, intensidad y tensiones, atraen vivamente el interés del lector.
Algunos relatos como "Volver a vivir", brindan pautas ejemplificadoras; otros como "Un día de Miguel", "El río" y "Perder la felicidad" (cuento que obtuvo el Primer Premio en el Concurso Provincial de Cuento y Poesía, auspiciado por la S.A.D.E. -Oeste Bonaerense- en 1982) revelan además un acertado estudio spicológico de los personajes, la profunda preocupación de la autora por el dolor humano.
Todos los relatos de "Los desposeidos", causan en quien los lee, el sentimiento de afecto y comprensión que Norma Spinelli ha querido obtener para sus personajes.
Por todo esto, Ediciones Carrá se complace en integrar su Colección de Cuentistas Argentinos con este nuevo libro
Carra Editor

sábado, 2 de mayo de 2009

Obra Cultural


NORMA SPINELLI, escritora argentina,galardonada con numerosos Primeros Premios en Literatura, entre los que pueden destacarse los discernidos por: Provincia de Buenos Aires 1982; Circuito Cultural de Buenos Aires 1983;Almirante Brown 1984;Ateneo Cultural Argentino 1984 (nivel internacional);Letras en Madrid (España) 1985 (Nivel internacional);Velmiro Ayala Gauna (de Gente de Letras República Argentina)1993;Ramayo Capital del Acero 1993 y Mujer Destacada Bonaerense 1995 (en la primera emisión del Premio) otorgado por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires entre otros.
En 2003 recibió el Premio Santa Teresa de Municipalidad de Lanús. La Comisión de Estudios Históricos y Sociales de Lanús, le otorgó en 2005 el premio "Vecina Destacada de Lanús"

Trabajadora de la Cultura de Lanús dede 1967, promovió el Primer Encuentro de Poetas en 1973. Fue presidenta de A.D.A.P.L.A. (Asociación de Artistas Plásticos de Lanús) en dos períodos 1984 y 1985, finalizando su gestión como Presidenta Honoraria.

Colaboró como periodista cultural en diarios, revistas y periódicos, entre ellos la Revista Ateneo del Grupo Editor Mensaje y el Dario Pregón.
Representando al partido de Lanús, congresó como Miembro Activo en los únicos tres congresos de "Historia de las Artes Plásticas Argentinas" años 1981/82/83.

Formó parte de la primera Comisión de estudios Históricos y sociales de Lanús.

Fue Coordinadora de talleres literarios municipales en 1990, desempeñandose también como profesora. Tarea que desempeña en la actualidad.

Fue miembro de un P.N.U.D. (Proyecto de las Naciones Unidas para el Desarrollo de América Latina) años 1990 y 1991.

Sus obras teatralizadas se representaron en el C.A.Y.C. (Centro de Arte y Comunicación); Feria Internacional del Libro años 1991/92/93 y 1995; Universidad Nacional de La Plata 1996 y otros centros culturales.

Radio Nacional publicó obras de ésta autora en la revista "Radio Nacional FM 98.7" año 1994.

Actuó como jurado literario en numerosos certámenes: destacandose los realizados por Federación Argentina de Maestros y Profesores Católicos (mensualmente años 1984/85/86/87); Premio "Juan Carlos Dávalos de Gente de Letras 1992; Sociedad Argentina de Escritores desde 1990 hasta 1995; Torneos Juveniles Bonaerenses 1994/95 y Torneos Bonaerenses 2008 y en 1993 fue Jurado del Gran Premio Esteban Echeverría de Gente de Letras. Publicó obras en los géneros Cuento, Cuento Infantil, Ensayo.

Su espíritu viajero la llevó a conocer la República Argentina, reiterando visitas a Cataratas del Iguazú, distintos puntos de las Provincias de Córdoba, San Luis, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut. Santa Cruz (El Calafate) Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur. Conoció países limítrofes: Uruguay, Chile, Brasil,Paraguay, y en viaje de reconocimientos culturales,visitó : España, Francia, Belgica, Holanda, Alemania, Suecia, Italia, Monte Carlo, Portugal, Egipto, Isrrael, Turquía, Grecia, Marruecos entre otros países.